A veces siento que miro el mundo como lo miraría un voyeur… a través de ventanas invisibles que me apartan de lo que miro. Me gusta sentir que soy apenas un observador y lo que imprimo en mi obra es mi interpretación de lo que veo, en muchas ocasiones poniendo barreras personales mías a la obra y alejándola de su propia realidad. Por eso los alambres, espejos, vidrios y los anjeos que representan los limites y las distancias.